Nuestro encuentro....

Si pudiera explicar cuántas cosas he vivido con esa persona que me roba el alma, estaría segura que sentirían mis historias como yo las siento aún al escribirlas.. aún siento como se arquea mi espalda de sólo recordar... pero mi amor va muchos más allá de eso... mi amor...mi amor es un mundo nuevo, espero lo disfruten

Anochece... desde los rincones prohibidos de mi mente han estado fluyendo, a borbotones largos y pausados, reminiscencias de un encuentro tras reunirnos ciertas noches a través del teléfono

En el vértice naciente de la sensualidad oculta, nuestras ansias se desnudan para honrar a los placeres y ofrecer a la imaginación la sensibilidad arrebatadora, durante largas noches, aquellas en que penetro por sobre los cristales y las sombras nocturnas, envolviéndonos con la suave tersura de mis manos deslizándose por tu piel, a través del cómplice teléfono, para dormirse allí, las caricias posadas en el altar de tu virilidad y de mi fragancia.

Perdidos en el magín construido para disfrutar las deliciosas divinidades del deseo, nuestras ansias se elevan a la cima, con indescriptibles palabras de entrega mutua y, manteniéndonos a la vez, ahuyentados de las pasiones terrenales, por medio de sueños, las más de las veces de breves quimeras, mientras en el exterior la naturaleza demuestra su ira, desencadenando lluvias, que tan sólo mantienen nuestros impulsos en el límite exacto del deseo.

En estos instantes, las apetencias se transportan hasta nuestros espacios, escondidos tras los rincones de unos párpados, sintiendo cmo nuestros labios se posan sobre los otros, acechando por entre el teléfono a cualquier sentido, con la sensualidad entrando y saliendo de la boca, envolviéndonos lentamente con la intensidad de un placer, el aceleramiento de la respiración y el silencio de un deseo.

Allí, al morir el naciente, instantes breves escondidos tras el sol, derraman profundo el aroma de mi perfume y complacen a la lubricidad, calmando tu pasión y la mía, en estas noches más largas que el día, y en las cuales tus gemidos se pierden entre los míos y tus dedos dejan de rozar mi piel para retornar entre mis sábanas esta noche...

Ni tus sueños ni mis ganas,cuando plácidas se duermen desde la cima sublime del cansancio, desvaneciendo los recuerdos, han logrado matar en la memoria a los secretos enterrados en el pretérito del verbo amado, con esas sensaciones de cada noche.

El tiempo avanza en el reloj y los diminutos minuteros con su tic tac, en busca de los escasos segundos que nos restan, arrastran nuestras mentes hasta el teléfono donde en medio del deseo y el silencio ... nos amamos.

Mudo queda el teclado, entre largos silencios de placer y deseo, mientras mis pasos pretenden robarle el aliento único y sublime, mediante el cual nos permitió manifestarnos en toda el deseo, hasta llevarnos a la locura por medio de él.

Terminada la comunicacion desde el fértil vientre del télefono, viajo hasta la simieza de tu virilidad,sin permitirnos morir, para que tus caricias y mis deseos, hijos de la sensualidad de mis entrañas, logren posarse en nuestra piel y gozar en el reino del deseo.

Entre el espectro de la niebla nocturna, ciertas noches, rebota en nuestras mentes un placentero resoplo de pulsaciones desde aquellos... nuestros teléfonos...