Tu cuerpo, tu placer...

La vagina... ese misterio.

Y es que sólo es un misterio porque nuestra sexualidad ha sido cruelmente reprimida en la historia y en el presente. Las prácticas sexuales de las mujeres, el conocimiento de ellas sobre sus cuerpo han sido sistemáticamente exiliados de la palabra, se ha tejido e impuesto un silencio, y hemos sido obligadas a depender del cuerpo de otro para saber del nuestro. Nos han hecho creer que es un hombre "el que nos hace mujer".

El misterio de nuestra sexualidad sólo es una manera de mantenernos alejadas de nuestra independencia sexual, y asì, someternos a la voluntad masculina, y si alguna se rebela en su práctica sexual, se la repime tachándola de puta. Aún así, en este desolador contexto, aparecen algunos hombres amantes de las mujeres libres cuyo placer no los asusta... los envuelve, los abraza, y es ahí donde el amor y el erotismo no se hace una triste sumisión, sino una alegra relación donde la independencia no está allí para perderse sino para crecer y profundizarse.

Si estás con otro o contigo... en el sexo no existe "una" técnica, hay muchas, y la técnica la haces a tu medida en la práctica: explora tu clítoris, deja que los dedos guíen la lectura de tu vulva, sus pliegues y sus relieves. Ningún cuerpo siente placer igual a otro. Conócete, mírate y explora tu cuerpo, date placer. Aprende a saber lo que te gusta, cómo quieres que te lo hagan, cómo prefieres tener sexo.

Deja de ser un misterio.